Chimamanda nos pone frente al espejo

 

Las letras africanas tienen a un gran referente en este siglo XXI: Chimamanda Ngozi Adichie. Esta mujer nigeriana no sólo se ha convertido en una escritora de exitosas novelas, sino que ha plantado cara al patriarcado y nos ha puesto ante el espejo de la desigualdad y de la discriminación que sufrimos las mujeres de todos los rincones del mundo.

Su famosa charla TED ‘Todos deberíamos ser feministas’ ha hecho entender el significado del adjetivo ‘feminista’, derrumbando el prejuicio que ha existido en su contra y las connotaciones negativas que muchos aún le quieren dar. “Más de uno de nosotros debería reclamar esa palabra. Mi propia definición de feminista es: un hombre o una mujer que dice: “sí, hay un problema con la perspectiva de género hasta ahora y debemos solucionarlo, debemos hacerlo mejor”, afirma durante su charla.

Tanto en esta charla de 2012 como en su adaptación literaria ‘Todos deberíamos ser feministas’ y el posterior ensayo ‘Querida Ijeawele. Cómo educar en el feminismo’, Chimamanda nos enfrenta a las diversas situaciones de machismo que viven las mujeres en nuestras sociedades. Nos muestra como los roles de género se han asentado en nuestro imaginario, de manera que han pasado a formar parte de ‘lo normal’.

“Si hacemos algo una y otra vez, acaba siendo normal. Si vemos la misma cosa una y otra vez, acaba siendo normal. Si sólo los chicos llegan a monitores de clase, al final llegará el momento en que pensemos, aunque sea de forma inconsciente, que el monitor de la clase tiene que ser un chico. Si sólo vemos a hombres presidiendo empresas, empezará a parecernos ‘natural’ que sólo haya hombres presidentes de empresas”, reflexiona la autora en su primer ensayo.

Esa división de roles, en la cual los hombres ostentan los puestos de poder también se ve reflejado en ‘Querida Ijeawele. Cómo educar en el feminismo’: “La triste verdad es que nuestro mundo está repleto de hombres y mujeres a quienes no les gustan las mujeres poderosas. Nos han condicionado tanto con que el poder es masculino que una mujer poderosa nos parece una aberración. Y como tal la vigilan. De una mujer poderosa nos preguntamos: ¿Es humilde? ¿Sonríe? ¿Es lo bastante agradecida? ¿Tiene también su lado doméstico? Preguntas que no nos planteamos de los hombres poderosos, lo cual prueba que no nos incomoda el poder en sí, sino las mujeres. Juzgamos más duramente a las mujeres poderosas que a los hombres poderosos”.

Son tantas las reflexiones recogidas por la autora nigeriana, tanto en su charla TED como en sus dos ensayos, que pone a nuestras sociedades, a hombres y a mujeres, frente a un espejo en el que nos refleja los estereotipos, prejuicios y roles de género que perpetúan la histórica desigualdad entre mujeres y hombres. Y no sólo eso. También ese reflejo muestra nuestra actitud y nuestra pasividad ante ellos, como ‘la tradición’ y ‘lo ya establecido’ son la excusa perfecta para que las desigualdades, lejos de desaparecer, persistan.

Chimamanda, indispensable escritora, indispensable feminista.

 

 

 

 

 

 

Comentarios

Entradas populares de este blog