Empleados públicos como agentes de cambio
La igualdad de trato y no
discriminación es un objetivo porque el que pelean muchas sociedades. Esta
lucha se lleva a cabo a través de diversas batallas, varios frentes en los que
plantar cara a los diferentes tipos de discriminación existente: la
discriminación por sexo o sexismo, la discriminación por edad, la discriminación
racial o étnica, la discriminación al colectivo LGTBI, la discriminación a las
personas con discapacidad, o la aporofobia, entre otras.
Para cambiar estas situaciones de
discriminación y alcanzar una sociedad más igualitaria, diversa y justa, es
necesaria la participación de toda la ciudadanía. Nuestro papel como ciudadanos
en nuestra esfera personal es muy importante, comprometiendo nuestro
comportamiento e ideas diarias y conduciéndolos hacia ese cambio que queremos
ver.
Pero no sólo se trata de una
actuación en el ámbito personal e individual, también tenemos que ser conscientes
del impacto social que tenemos al ejercer nuestro trabajo. Los sanitarios o los
educadores son profesionales que tienen un trato diario con las personas
diversas que forman esta sociedad y por ello deben ser conscientes de las
situaciones de discriminación que pueden sufrir y ayudar ante posibles
situaciones de abuso o de hostigamiento.
En cuanto a los empleados
públicos, tanto funcionarios como laborales (y entre quienes se pueden encontrar
tanto sanitarios como educadores), la propia normativa de Función Pública
compromete a estos trabajadores con el servicio a los ciudadanos y al interés
general.
Los empleados públicos tienen que
tener presente este compromiso en sus diferentes áreas de actuación, pues
tenemos empleados públicos con contacto directo con la ciudadanía en: la
policía, los bomberos, los sanitarios, los educadores, los trabajadores del
SEPE, los trabajadores de las diversas áreas sociales, …
Y hay empleados públicos que no
tienen este trato personal y directo, pero que también deben tener siempre presente
ese compromiso para servir a los ciudadanos, y por ello ser conscientes que la
igualdad de trato se puede lograr gracias a distintas acciones.
Así, los empleados públicos que
participan en la elaboración de la normativa tanto estatal como autonómica y
local, deben tener presente las posibles discriminaciones tanto directas como
indirectas que pueda conllevar dicha normativa.
Por otro lado, los empleados públicos
que trabajan con otras herramientas como investigaciones, planes, estrategias o
campañas de sensibilización, además de tener presente los posibles efectos
discriminatorios que podrían provocar estas políticas públicas, pueden hacer
algo más: utilizar estos medios como herramientas para el cambio y así luchar
contra la discriminación y construir a favor de una igualdad de trato efectiva.
Pero esta labor no debería quedar
ahí. Para que su impacto fuera aún mayor y alcanzara a la mayoría de la
ciudadanía, los empleados públicos tienen que luchar por difundir de una manera
exitosa estas medidas. La comunicación es aquí la mejor arma para la batalla
por la igualdad de trato.
Por último, hay que recordar, que
los empleados públicos al igual que cualquier trabajador o trabajadora debe ser
consciente de la importancia de su denuncia ante situaciones de acoso, abuso o
discriminación por cualquiera de los motivos antes citados. El ambiente laboral
para ser un ambiente sano y bueno debe estar libre de cualquier situación discriminatoria,
por ello es fundamental mostrar apoyo a la persona que está siendo discriminada
y ayudarla a denunciar los hechos y lograr un trato igualitario y justo.
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